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Col lombarda, col de Milán y col puntiaguda: éstas son sólo algunas de las muchas clases de col que se pueden adquirir directamente en nuestra región en invierno. El dicho de la constitución renana es acertado: cada Jeck es diferente, porque cada una de estas bombas vitamínicas locales tiene sus propias ventajas y sabor. Tan coloridas y diferentes, pero a la vez una sola familia: perfectas para el carnaval.
"Cómo me valoras"
Como verdura de invierno, la col es una auténtica bomba de vitaminas, nuestro superalimento local, por así decirlo. Las coles están de temporada en invierno. Están repletas de vitaminas, calcio, hierro, magnesio y ácido fólico. Además, la col es muy rica en fibra y baja en calorías. La lombarda, con sus valiosas antocianinas, refuerza nuestro sistema inmunitario. La col de Milán, de sabor ligeramente a nuez, contiene el doble de proteínas, grasas, hierro y fósforo que la col blanca y la lombarda, mientras que la col puntiaguda, de hojas tiernas, es especialmente rica en betacarotenos, potasio y vitaminas B1 y B2.
"De donde vengo a ti"
En Bonn y la región hay numerosos agricultores que cultivan lombarda, col rizada y col puntiaguda y las venden directamente. También puede comprar verduras de Bonn y la región en los mercados de Bonn o en los Markt-Schwärmereien.
Encontrará más información al respecto en la siguiente guía de compra de alimentos ecológicos regionales:
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"Cuando estoy ahí para ti"
La lombarda es una de las hortalizas típicas de invierno y puede encontrarse localmente de mayo a marzo. La col de Milán, otro clásico alemán, está disponible en primavera, otoño e invierno. En Renania, la temporada de col rizada de invierno dura hasta finales de febrero. La col puntiaguda crece en Alemania entre mayo y diciembre y es uno de los primeros tipos de col que se recolectan. Sin embargo, también está disponible en stock en los cultivos locales hasta febrero.
La lombarda no sólo es deliciosa como guarnición, sino también como verdura cruda y fortalece el sistema inmunitario. La col de Milán también puede prepararse del mismo modo que la col blanca: en rollos, estofada con patatas o a la cazuela. La col puntiaguda es deliciosa tanto como ensalada de verduras crudas como en un salteado asiático con fideos de arroz. Por cierto, ¿ensalada de lombarda hecha con mezcla de coles? Merece la pena probarla. Sobre todo en invierno, cuando los cogollos frescos de lechuga son caros, la col es un gran sustituto. Para que la ensalada resulte deliciosa, la col debe cortarse en tiras finas.
Independientemente del tipo de col, nunca debe guardarse junto a la fruta en el frigorífico, ya que se pudriría antes de tiempo.
La col puntiaguda no se conserva tanto como la blanca y debe prepararse lo más fresca posible. Envuelta en un paño húmedo, puede conservarse en el compartimento de verduras del frigorífico hasta cinco días. La col puntiaguda puede congelarse hasta ocho meses.
La lombarda, por su parte, puede conservarse hasta tres semanas envuelta en un paño húmedo en el frigorífico. Es incluso mejor si almacena la lombarda colgada. Para ello, envuelve el tallo de la cabeza con cinta de embalar y átalo a una cuerda tensa. La ventaja del almacenamiento colgado es que las cabezas no se magullan y es menos probable que se pudran. Tanto en cajas como colgadas -siempre que no se forme moho-, las coles se mantendrán frescas hasta seis meses a una temperatura de unos dos grados centígrados.
Sugerencia de receta de la Oficina Federal de Agricultura y Alimentación
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