La violencia adopta muchas formas: La violencia en la escuela, la violencia doméstica, la violencia juvenil, la violencia sexualizada o el acoso (cibernético) son sólo algunas de las manifestaciones del fenómeno de la violencia, que no puede definirse claramente. El objetivo de la prevención de la violencia es capacitar a los niños y jóvenes para afrontar los peligros de forma activa y con confianza, frenar la violencia y aumentar así su sensación de seguridad. La forma más eficaz de prevención impide que la violencia se desarrolle en primer lugar.

Los jóvenes deben poder crecer sin tener que experimentar la violencia. Los programas y proyectos de prevención de la violencia, que se llevan a cabo principalmente en escuelas, guarderías y centros de trabajo juvenil, contribuyen a ello.

La prevención de la violencia es una tarea transversal. Por ello, la protección de menores, la policía, las escuelas, las organizaciones independientes y otras agencias especializadas colaboran estrechamente en Bonn y, además de programas para niños y jóvenes, también ofrecen servicios para padres y profesionales (de la educación).