Cada vez más personas eligen productos regionales a la hora de hacer la compra. Quieren saber: ¿De dónde proceden realmente mis bienes de consumo? ¿En qué condiciones se producen? ¿De qué materiales están hechos? Cuando hablamos de valor añadido regional, nos referimos a la limitación geográfica a una región concreta. Se considera qué servicios proceden de la región y cuáles proceden de fuera. Cuantas más fases de transformación de un producto tengan lugar dentro de una región, mayor será el valor añadido regional. El máximo valor añadido regional se consigue, por ejemplo, con los alimentos que se cultivan, transforman y comercializan dentro de una región.
Las cadenas de valor regionales proporcionan importantes puestos de trabajo y promueven la economía local. También suelen dar lugar a asociaciones a largo plazo entre los agentes regionales. Los procesos de comercialización resultantes, las rutas de transporte cortas, la conservación de recursos y la flexibilidad de las cantidades de entrega suelen generar una alta rentabilidad y consumidores satisfechos.
Las empresas que quieran formar parte de la necesaria y urgente transformación económica deben revisar sus cadenas de valor y optimizarlas en la medida de lo posible desde una perspectiva sostenible. La red de centros de sostenibilidad de la región de Bonn le ayuda a crear las condiciones, iniciar procesos y convertir sus ideas en acciones.